viernes, 26 de septiembre de 2014

Hasta el infinito... ¡y más allá!

Mi nombre es Javier González-Quijano y soy corredor de ultras. Hoy comienzo a escribir este blog, principalmente destinado a corredores incansables, corredores que siempre sueñan con ir más allá.

Dicen que la pregunta "¿Existe algo más allá del infinito?" no tiene sentido desde el punto de vista teórico. Seguro que ningún matemático ni ningún físico perderían el tiempo discutiendo de esto con nosotros. No obstante, algunos buscamos una respuesta en un plano más humano.

Muchos de nuestros lectores se sentirán algo o muy identificados con mi visión de la felicidad, felicidad que obtengo soñando despierto con retos que van más allá de mi infinito. ¿Y que entiendo por infinito? Para mí es la frontera del pensamiento humano que protege nuestro yo del peligro que supone cruzarla. ¿Pero por qué soñar más alla? ¿No es acaso nuestro universo particular demasiado grande ya? Probablemente solo Buzz Lightyear tenga la respuesta.


Y los que no se acuerden bien de Buzz Lightyear, co-protagonista de la saga Toy Story, pueden leer debajo un extracto del diálogo de la primera película:

   Buzz: Soy Buzz Lightyear, vengo en paz.
   ...
   Buzz: ¡Al infinito y más allá!
   ...
   Woody: Tú no eres el verdadero Buzz Lightyear, eres un juguete…
   Buzz: Ser juguete es mejor que ser un guardián del espacio.

Se cree que el no poder aceptar las carencias de uno mismo nos obliga a estar presos de la lógica del todo o nada, o lo que es lo mismo, si no puedo todo, no valgo nada. Siguiendo esta lógica, los que aceptan sus carencias, están en paz consigo mismos y pueden disfrutar de más ocasiones de placer. Yo, en particular, no estoy de acuerdo con esta teoría. Veo cuatro errores graves.

En primer lugar, creo que es necesario entender que no podemos aceptar unas carencias, y ser conformistas, cuando nuestro universo está muy limitado por nuestras vivencias personales, nuestros fracasos y el conocimiento de las capacidades que creemos que tenemos. Yo pienso que a pesar de que nuestro infinito ha sido encogido artificialmente, podemos ir más allá. ¿Y por qué ir más allá? ¿Tiene algún sentido? Es algo para lo que todavía no tengo una respuesta clara. No obstante, sé que yo y muchos de nuestros lectores lo necesitamos; sabemos que nuestra felicidad está cruzando esa frontera. En segundo lugar, disfrutar de paz no ofrece más felicidad que disfrutar de la tormenta. ¿No son acaso los truenos la melodía favorita de los intrépidos? En tercer lugar, disfrutar de más ocasiones de placer no asegura que la suma de todas ellas aporten más felicidad que dosis grandes de alegría concentradas en momentos más puntuales y efímeros. Es una cuenta matemática sencilla. ¿Qué vale más? ¿10 monedas de cinco céntimos o una moneda de un euro? En cuarto, y último lugar, ¿quién dice que no se encuentra felicidad si buscas poder todo y finalmente no lo consigues? ¿Acaso la felicidad no se encuentra también en el camino de la búsqueda de la misma?

Ya no continúo con más reflexiones filosóficas en este capítulo porque estoy seguro que enténdéis todos a la perfección el mensaje que he querido plasmar en esta primera publicación.

En el próximo capítulo contaré como volví a ampliar las fronteras de mi infinito este 20 de septiembre de 2014 en ... ¡crónica de la V Madrid-Segovia!

1 comentario:

  1. Grande Javi, que buena entrada. Mucha suerte con el blog y las carreras.

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